Una infracción tributaria, a nivel general, se comete cuando una persona física, jurídica o entidad se está saltando una norma fiscal. Estas infracciones pueden ser leves, graves o muy graves, en función del grado de incumplimiento y de la tipificación de la norma, y esta categorización se derivará también en unas sanciones distintas.
Antes de seguir adelante e identificar las principales infracciones tributarias, es necesario hacer dos breves aclaraciones:
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No todos los incumplimientos de una ley tributaria comporta una infracción y una sanción. Existen distintos supuestos por los que un incumplimiento puede responder a que las sanciones no son retroactivas, es decir, se ha establecido la norma posterior a la acción, o casos concretos en los que no existe una responsabilidad clara por una acción u omisión de la norma.
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Una infracción no es lo mismo que un delito. Un delito se plantea para los supuestos más graves, por ejemplo, fraude por valor superior a los cien mil euros. Los delitos, por supuesto, tienen tipificadas sanciones más duras, incluidas las penas de prisión y el proceso sancionador cae en manos del poder judicial.
A nivel general, las infracciones tributarias se agrupan básicamente en el empleo de documentación falsa, la ocultación de datos, la utilización de identidades falsas o el uso de medios fraudulentos en el mantenimiento de la contabilidad.
Si quieres entrar al detalle, puedes consultar cuáles son las principales infracciones tributarias recogidas en la Ley General Tributaria de la Agencia Tributaria, que es la principal reguladora de la tributación en el país actualmente. Cabe tener en cuenta pero, que existen otras leyes como la Ley Orgánica de Represión del Contrabando, que también regula la tributación en España.
Además, dentro de la misma ley, se establece cuando cada infracción será categorizada como leve, grave o muy grave, cosa que también determinará el alcance de la sanción correspondiente.
No todas las sanciones son económicas
Cometer infracciones tributarias implica sanciones, pero estas no tienen por qué ser siempre multas económicas. Si las infracciones son graves o muy graves también pueden suponer vetos de acceso a subvenciones o ayudas públicas, a obtener incentivos fiscales, ser contratado por la Administración o la suspensión de profesiones oficiales, empleo o cargo público.
Para estar tranquilo y llevarlo todo bajo control, una de las mejores medidas es asesorarte en cada movimiento o externalizar a manos de expertos toda la documentación y gestión fiscal. Si aún no tienes el tuyo, a través del buscador de Sage Conecta, puedes encontrar la asesoría o gestoría que más te convenza.