La Responsabilidad Social Corporativa se ha convertido en el eje central de muchas empresas, conscientes de la necesidad de poner el foco en la sostenibilidad, en todos sus sentidos. Si bien es cierto que el concepto de sostenibilidad y RSC no son nuevos, la implicación actual de las empresas ha supuesto un gran cambio para la sociedad, que busca a marcas alineadas con sus valores y que integren buenas prácticas tanto en el proceso de producción como en la idea de negocio. Hoy en día las marcas tienen un triple impacto en la sociedad: a nivel económico, a nivel social y a nivel medioambiental. Por lo tanto, el concepto de sostenibilidad aplicado a empresas no solo se traduce en la reducción de la huella contaminante, si no que precisa de unas buenas prácticas laborales que pongan al empleado y al consumidor en el centro. Ya hemos dejado atrás la visión de los negocios como empresas dedicadas a la comercialización de bienes y servicios, para centrarnos en por qué venden lo que venden, cómo lo producen y cómo se relacionan con los diferentes grupos de interés.
Una vez estudiadas las necesidades de la empresa y desarrollado el producto, el siguiente paso es pensar cómo mejorar su impacto en la sociedad. Redimensionar una estrategia para adaptarla a prácticas sostenibles puede implicar un esfuerzo elevado en un inicio, pero el retorno de la inversión a medio plazo es significativo, por lo que presentamos ciertos compromisos que un emprendedor debería asumir para proteger su entorno.
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Contar con una red de proveedores de proximidad para fomentar relaciones de confianza y propulsar la economía local.
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Automatizar procesos y reducir papeles gracias a la gestión online y los servicios de la Nube.
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Alinear los valores de la empresa con los proveedores y distribuidores, manteniendo una cadena de producción sostenible.
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Desarrollar iniciativas de sensibilización pública mediante la impartición de talleres y acciones para un consumo responsable, buscando mejorar la educación social.
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Impulsar el crecimiento local priorizando la contratación de empleados de la zona, para revertir las ganancias en la región. En el caso de no precisar sus servicios, se puede optar por asumir compromisos sociales, tales como ofrecer charlas en instituciones o patrocinar eventos locales.
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Reservar una parte de las ganancias para realizar donaciones a ONG que lleven un proyecto alineado con los valores de la empresa.
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Llevar a cabo una estrategia de eficiencia energética mediante la instalación de equipos de iluminación eficientes y aprovechar al máximo la luz natural. En el caso de poder apostar por estrategias más potentes, se puede estudiar la instalación de placas solares.
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Un mercado que demanda productos naturales necesita empresas que opten por materias primas 100% naturales que no alteren las propiedades intrínsecas de los productos.
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Crear alianzas estratégicas con empresas o asociaciones permite establecer relaciones provechosas en cuanto al número de recursos que se encuentran a disposición.
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Hoy en día las empresas informáticas ofrecen soluciones de hosting verde, que utilizan fuentes de alimentación con una eficiencia energética certificada con un mínimo del 80%, discos duros eficientes con tecnologías SSD y procesadores cuyo consumo es inferior a los 80W.
¿Cuentas ya con una estrategia empresarial sostenible?
