Los impuestos son un tipo de tributo que, tanto personas físicas como jurídicas, pagan a la administración pública. Son de carácter obligatorio y están exigidos por ley.
Los impuestos pueden clasificarse en varias categorías, pero principalmente se distinguen entre impuestos directos e impuestos indirectos:
Impuestos directos: los impuestos directos son aquellos que se adjudican sobre una expresión directa de la capacidad económica. En este caso, la persona física o jurídica es el sujeto pasivo del impuesto. La obtención de una renta o la posesión de un patrimonio son un ejemplo claro de este tipo de impuestos. El impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), el impuesto sobre sociedades y el impuesto sobre el patrimonio, son ejemplos de impuestos directos.
Impuestos indirectos: los impuestos indirectos son los que se aplican sobre una expresión indirecta de la persona. En otras palabras podemos decir que los impuestos indirectos son los que se aplican durante la utilización de la riqueza por actos de consumo o por actos de transmisión. El impuesto sobre el valor añadido (IVA) o el impuesto sobre transmisiones patrimoniales y actos jurídicos documentados serian ejemplos de impuestos indirectos.