El cierre contable sirve a las empresas para saber si su actividad económica durante el año ha proporcionado pérdidas o ganancias. También sirve a las empresas para poner el contador a cero y volver a empezar su actividad de nuevo.
Con el cierre contable las empresas cierran sus cuentas de resultados y estos se trasladan a su respectiva cuenta de balance, formada por el activo, el pasivo y el patrimonio neto. Si durante ese año ha habido beneficios, estos se sumaran al patrimonio neto, pero si ha habido perdidas se restaran.
Habitualmente las empresas cierran su ejercicio a fecha 31 de diciembre. A partir de ese momento tienen 3 meses para hacer las cuentas, 4 meses para legalizar los libros y 6 meses para aprobar las cuentas anuales. Una vez aprobadas las cuentas, se depositan en el Registro Mercantil y después de su certificación se publican en el Boletín Oficial del Registro Mercantil todas las sociedades que han cumplido con sus obligaciones legales.