Un chatbot es un software que simula una conversación real con una persona, gracias a una interfaz que se construye con palabras clave y se basa en interacciones que se repiten entre usuarios y marcas en sitios web.
Existen varios tipos de chatbots: aquellos que solo responden a preguntas frecuentes a través de la inteligencia artificial, y otros más sofisticados que aprenden a medida que la gente interactúa con ellos.
Se encargan de responder las preguntas o consultas que son comunes y que ya se han identificado como recurrentes en una empresa, para evitar que las personas tengan que realizar una llamada o escribir un correo electrónico. Además, los chatbots son útiles para reducir el tráfico de atención al cliente o soporte, liberándose para consultas más específicas.
Ofrecen diversas ventajas como:
Dar una atención a una cantidad ilimitada de personas.
Demostrar que te interesa apoyar a quien se acerca a tu empresa, y que buscas soluciones para lograrlo.
Captar información relevante de tus clientes de una forma menos intrusiva.
Aumentar los canales de interacción, ofreciendo así más variedad para distintos perfiles y expectativas.
Algunas de las características principales de los chatbots son:
Están disponibles en cualquier momento: responde a las preguntas para las que fue programado independientemente del momento en que alguien se lo solicite.
Se configuran según la personalidad de la marca: la personalización y adaptación es más eficaz a medida que tiene más interacciones.
Se identifican de inmediato como chatbots: el software lo indica para evitar confusiones, siendo un ejercicio de transparencia.
Tienen un lenguaje natural: es uno de los objetivos del software, tener una conversación fluida y que incluso reconozca la intención de las frase que recibe de los usuarios.
Son claros y breves al dar instrucciones o presentar opciones.