La gestión ágil de proyectos es una forma iterativa de gestionar los proyectos de desarrollo de software que se basa en realizar entregas de forma continua y en integrar el feedback del cliente con cada iteración. Los equipos de software que aplican las metodologías ágiles en la gestión de proyectos aumentan su velocidad de desarrollo, expanden la colaboración y fomentan la capacidad de responder mejor a las tendencias del mercado. A diferencia de la metodología scrum, el agile constituye una serie de principios de trabajo.
Un flujo de trabajo ágil consiste en una serie de etapas que los equipos ágiles utilizan para desarrollar una aplicación, desde la idea hasta la finalización. Se recomiendan cuatro estados de workflow básicos:
Por hacer: trabajo que no se ha empezado.
En curso: trabajo en el que el equipo está trabajando activamente.
Revisión del código: trabajo que está finalizado y en espera de revisión.
Finalizado: trabajo completamente terminado y que cumple con la definición que tenga el equipo de finalizado.